Estos collares se instalan en el tronco de los árboles y capturan a las orugas cuando descienden del árbol para enterrarse y transformarse en pupas. El collar está compuesto por un embudo que guía a las orugas hacia una bolsa colectora, donde quedan atrapadas. Esta solución es respetuosa con el medio ambiente, ya que no utiliza productos químicos y no afecta a otros organismos.
Además, la instalación es sencilla y rápida, sin necesidad de herramientas específicas. Se recomienda colocar el collar a unos dos metros de altura para evitar riesgos de contacto con personas o animales
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