Bactrocera dorsalis
Nombre común: Mosca de la fruta oriental
Nombre científico: Bactrocera dorsalis (Hendel, 1912)
Descripción de la plaga:
Bactrocera dorsalis es una de las moscas de la fruta más invasivas y destructivas, conocida por su capacidad de dañar una amplia gama de cultivos frutales. Esta plaga pertenece a la familia Tephritidae y tiene un impacto económico significativo en la producción de frutas tropicales y subtropicales.
Adulto: El adulto es una mosca de tamaño pequeño a mediano, que mide entre 5 y 8 mm de largo. Su color es variable, con el cuerpo generalmente de un tono amarillento a marrón claro. Las alas son translúcidas con marcas oscuras y una característica franja negra a lo largo de la parte posterior de las alas, lo que ayuda a su identificación. La parte posterior del abdomen tiene una línea negra distintiva que se puede observar claramente en los individuos adultos.
Huevo: Los huevos de Bactrocera dorsalis son pequeños, de unos 1 mm de largo, de forma ovalada y de color blanco. La hembra deposita los huevos en el interior de los frutos mediante un ovipositor especializado, lo que deja un pequeño agujero en la superficie del fruto.
Larva: Las larvas son la fase más destructiva de la plaga. Son pequeñas, de color blanco cremoso y tienen una forma cilíndrica. Las larvas pueden llegar a medir hasta 10 mm cuando están completamente desarrolladas. Cuando eclosionan, las larvas penetran en el interior del fruto, donde se alimentan de la pulpa y generan galerías en el interior de la fruta. El daño causado por las larvas puede afectar la calidad del fruto y reducir su valor comercial.
Pupa: Tras su fase larval, las larvas se transforman en pupas. La pupa tiene una forma redondeada y puede ser de color marrón. Esta fase tiene lugar dentro de la fruta, o en algunos casos, las pupas pueden caer al suelo. La pupa permanece en este estado durante un período de entre 7 y 15 días, dependiendo de las condiciones ambientales.
Cultivos afectados:
Bactrocera dorsalis tiene un amplio rango de hospederos y puede atacar una gran variedad de cultivos frutales, pero sus principales hospedadores incluyen:
Mango (Mangifera indica): Es uno de los cultivos más afectados por esta plaga.
Papaya (Carica papaya).
Cítricos (limón, naranja, mandarina).
Pera (Pyrus).
Durazno (Prunus persica).
Guayaba (Psidium guajava).
Tomates (Solanum lycopersicum).
Frutas tropicales y subtropicales en general, como la aguacate (Persea americana), frutas de la familia de las anónidas (como el atemoya), y otras frutas similares.
Síntomas de ataque:
El daño producido por Bactrocera dorsalis afecta principalmente a los frutos, causando:
Perforaciones en la piel del fruto: Las hembras adultas depositan sus huevos bajo la piel del fruto mediante su ovipositor, lo que deja pequeñas marcas o agujeros en la superficie del fruto.
Deformación y deterioro del fruto: Tras la eclosión de los huevos, las larvas ingresan al interior del fruto y comienzan a alimentarse de la pulpa. Esto provoca un ablandamiento de la fruta, decoloración y un desarrollo de galerías internas.
Descomposición y pudrición: La actividad de las larvas y las heridas abiertas por la oviposición permiten la entrada de microorganismos patógenos, como hongos y bacterias, lo que acelera la descomposición del fruto.
Reducción de la calidad comercial: La presencia de larvas dentro del fruto puede hacer que este no sea apto para la venta en mercados comerciales, especialmente para aquellos destinados a exportación.
Fallas en la cosecha: El daño a los frutos puede ser grave, con una pérdida importante de cosecha, especialmente cuando las infestaciones son grandes.
Ciclo biológico:
El ciclo biológico de Bactrocera dorsalis se desarrolla a lo largo del año, con múltiples generaciones que dependen de la temperatura y las condiciones ambientales. El ciclo puede completarse en 3 a 4 semanas en condiciones óptimas.
Huevo: Las hembras depositan entre 10 y 15 huevos en la pulpa de los frutos. Los huevos incuban en 1 a 2 días, dependiendo de la temperatura.
Larva: Las larvas eclosionan de los huevos y comienzan a alimentarse de la pulpa del fruto, formando galerías. La fase larval dura entre 7 y 14 días, dependiendo de la temperatura y el tipo de fruta.
Pupa: Después de completar su desarrollo, las larvas se transforman en pupas. La fase pupal dura entre 7 y 15 días, y las pupas pueden caer al suelo o permanecer en la fruta hasta que las condiciones sean favorables para que los adultos emerjan.
Adulto: Los adultos emergen de las pupas y buscan nuevos frutos para ovipositar. La duración de la vida adulta varía entre 10 y 30 días, durante los cuales las hembras pueden poner varios cientos de huevos.
Estacionalidad:
Bactrocera dorsalis es una plaga que se encuentra principalmente en áreas tropicales y subtropicales, y su actividad está fuertemente influenciada por la temperatura y la disponibilidad de frutos.
Temperaturas cálidas: La plaga es más activa en climas cálidos y húmedos. Las altas temperaturas (por encima de 20°C) favorecen la multiplicación de la mosca. En regiones donde las temperaturas se mantienen cálidas todo el año, Bactrocera dorsalis puede tener actividad continua, con varias generaciones en un solo año.
Primavera y verano: La mayor parte de la actividad de la plaga ocurre durante la primavera y el verano, cuando los frutos de las plantas hospederas están maduros. En estas estaciones, la población de la mosca es más alta y los daños a los cultivos son más significativos.
Otoño: En climas subtropicales, la actividad de la mosca de la fruta puede disminuir ligeramente con la llegada del otoño, aunque sigue siendo posible encontrar algunas infestaciones.
Invierno: En áreas con inviernos fríos, la plaga puede disminuir o desaparecer temporalmente, pero en climas tropicales, Bactrocera dorsalis puede permanecer activa durante todo el año.








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